Una seguidora de Nadie como mamá me ha pedido que hable sobre pesadillas y terrores nocturnos y la verdad me ha parecido un tema muy interesante para todas las mamás…
Puede que vuestros peques no hayan tenido pero la verdad es que se siente una impotencia tremenda. Me parece interesante hablar sobra las diferencias y de las cositas que podemos hacer los papás para ayudarles.
Para comenzar te voy a decir la diferencia que hay entre uno y otro.
-
Terrores nocturnos
Son episodios repentinos de terror que se producen habitualmente en la fase de sueño más profunda. Suelen durar unos minutos y finalizan de forma espontánea. Durante el tiempo que dura, el niño permanece dormido aunque da muestras de miedo y agitación.
Los terrores nocturnos son comunes en niños de edad escolar, suelen desaparecer sin necesidad de ningún tratamiento y suele haber antecedentes familiares que han padecido estos episodios.
- Pesadillas
Pueden iniciarse entre los 3 y 6 años, aunque son más frecuentes a partir de los 6. A diferencia de los terrores nocturnos, en este caso el niño se despierta describiendo claramente lo que ha soñado, lo viven con tal intensidad que a veces pueden confundir sueño y realidad.
Se pueden producir en cualquier momento de la noche aunque ocurren con más frecuencia en el último tercio. No están relacionadas con antecedentes familiares.
El niño a veces puede desarrollar rechazo al momento de ir a dormir por miedo a las pesadillas.
¿Qué podemos hacer para ayudarles?
En el caso de los terrores nocturnos…
Es mejor no despertar al niño, simplemente permanecer junto a él para asegurarte que no se hace daño si se agita. En la mayoría de los casos desaparecen cuando el niño crece, pero si son muy habituales o el niño da signos de cansancio que puede ser el resultado de no descansar, es recomendable buscar apoyo profesional.
En el caso de las pesadillas…
Es imprescindible tranquilizar al niño. Si tiene algún tipo de objeto que le de tranquilidad es recomendable dárselo o sino encenderle la luz…Es importante mantenerse a su lado hasta que consiga calmarse y sea capaz de volver a conciliar el sueño.
En el caso de las pesadillas puede resultar muy útil hablar sobre el tema, hay que tranquilizar al peque e intentar modificar el final de la “historia de la pesadilla”, hablando y explicándole una historia para conseguir que el niño se sienta seguro.
Por último recomendarte que…
- El niño duerma las horas suficientes.
- Es recomendable que el momento antes de dormir sea un momento de tranquilidad, de tal forma que el niño vaya a la cama relajado.
- Es importante evitar películas, juegos… que le provoquen excesiva excitación o miedo antes de ir a dormir.
Ojalá vuestros peques no tengan ni pesadillas ni terrores nocturnos, pero por si acaso sucede, no está de más saber unas “pinceladas” sobre el tema y aprender a diferenciarlos.
Gracias por confiar día a día en Nadie como mamá y por formar parte de este proyecto.
Para cualquier consulta o comentario puedes escribirme a nadiecomomama@gmail.com