Una de mis mejores amigas ha sido mamá hace poco y lógicamente los celos infantiles del mayor hacia el pequeño son inevitables…
Cenando una noche de este verano hablamos del tema…
Les contaba lo que les suelo decir a las mamás en las formaciones:
Imagínate que tu pareja viene con una chica más alta, más guapa y más agradable que tú.
Además te dice que a partir de ahora vais a vivir los 3 bajo el mismo techo y que todo lo que tienes ahora también es de ella…
Es que es de “traca vamos”, yo como soy la pequeña no he experimentado eso.
Pero reconozco que tiene que ser muy doloroso y complicado de entender para un niñ@.
Hoy quiero recordarte unos consejos para el príncipe destronado que siempre vienen bien:
Celos infantiles, un momento complicado para todos.
Como ya te conté durante mi postparto, la llegada a casa con mi segunda hija fue de película de terror…
La verdad es que no me puedo quejar de cómo ha llevado la llegada de su hermana.
Pero reconozco que el primer día fue apoteósico…
No te pierdas nuestra llegada que fue tremenda. Recuerdo como si fuera ayer la llorera que me pegué cuando por fin mi hija mayor se durmió.
Llegué a tener una sensación de culpa horrible, sentí culpabilidad por ser en cierta parte responsable del sufrimiento que le estaba causando a mi hija mayor.
Ahora las veo juntas jugar, reírse y compartir tanta complicidad, que me siento muy orgullosa de los lazos que están creando.
Yo me siento muy afortunada por tener un hermano de sangre y una hermana, que no lo es pero como si lo fuera.
Y después de algún que otro mal rato, mi hija mayor puedo decir que ha superado en gran medida los celos infantiles que nos han acompañado este último año.
Así que puedo decirte que ánimo si estás en pleno momento, que todo mejorará no tengas ninguna duda.
Y por fin llegamos a casa, bueno aunque suene a tópico la llegada a casa fue fatídica…
Durante los meses de embarazo, mi hija mayor parecía comprender la llegada de su hermana, incluso mostraba alegría y emoción.
Cuando vino al Hospital también dio esa impresión, sí que estaba un poco más alterada de la cuenta pero pensamos que era consecuencia de estar todo los días de excursión con sus tíos, los abuelos…
Pero lo peor estaba por llegar, gracias a Dios fue corto pero intenso. El día que nos fuimos a casa con Valentina, Leyre estaba nerviosa, inquieta. Llegamos a casa y estaba especialmente desobediente, más bien su actitud era casi de desafío continuo cuando es una niña con carácter pero muy fácil de reconducir.
Yo sinceramente no reconocía a mi hija con esa actitud, si le decías que no hiciera algo, ella iba y lo hacía y te miraba fijamente mientras hacía la acción, vamos una provocación continua. Debo reconocer que a la pobre Valentina no la sacamos ni del Grupo 0 en toda la tarde, no le hicimos ni caso y menos mal porque bastante teníamos con reconducir la situación de la mayor.
Después de una hora en casa, fuimos conscientes de la realidad, mi hija no se lo había tomado tan bien como pensábamos o como pensábamos que iba a ser. Entonces comenzamos a reñirle por su actitud, primero fue su padre y luego fui yo y entonces sucedió algo que nos dejó sin palabras…
Mi hija mayor se fue al baño a oscuras y se quedó allí. Cuando fui a buscarla me dijo algo que me partió el corazón en 2. “A mí ya no me quiere nadie…” En ese momento no sabía si ponerme a llorar sin parar o qué hacer. No salía de mi asombro, no habíamos sacado a Valentina de la silla del coche que por cierto seguía dormida desde que habíamos salido del Hospital y mi hija mayor que estaba portándose francamente mal encima me dice esas palabras. Fui corriendo a hablar con mi marido y a explicarle lo que había pasado en el baño y decidimos cambiar la estrategia.
Estaba claro que mi hija se había adelantado a la situación , ella misma había pensado que su hermana iba a ocupar toda nuestra atención y no solo la nuestra, también la de los abuelos, los tíos…En el baño fue repasando uno a uno a todos los miembros de la familia y dijo que nadie le quería.
El resto del día no fue mejor, por supuesto estuvimos toda la tarde jugando con ella, pero ella estaba nerviosa, irritable…Y para colmo de males cuando llega la hora de dormir nos dice que quería dormir con nosotros en nuestra cama. Algo increíble porque si algo ha hecho bien mi hija mayor es dormir, duerme estupendamente en su cuarto y de hecho le encanta su cama y nunca viene a la nuestra, incluso si tiene alguna pesadilla vamos, hablamos con ella y se queda tranquilamente en su cuarto, por eso me sorprendió aún más su empeño en dormir con nosotros y en saber dónde dormía Valentina…
Debo reconocer que su padre tiene mucha paciencia porque yo ya estaba desbordada, después de la tarde que llevábamos lo que faltaba era el berrinche para ir a la cama, pero después de 45 minutos hablando e intentando hacerle entender su padre consiguió que se durmiera en su cama. En ese momento no pude más que llorar, llorar de cansancio, de pena de ver sufrir así a tu propia hija, y hasta pensé que quizás nos habíamos equivocado.
Ahora me río pero esa tarde creo que ha sido una de las peores que recuerdo. Ahora me río porque la evolución ha sido espectacular y estamos muy muy contentos, de hecho ya el día siguiente fue muchísimo mejor.
Analizando todo está claro que mi hija se adelantó a los acontecimientos, ella se hizo su montaje en la cabeza y pensó que no íbamos a tener tiempo para ella. Entonces me acordé de una amiga mía que me contó que en las clases de preparación al parto les habían comentado que para intentar entender un poco a nuestros hijos pensásemos que nuestra pareja llega un día con una mujer a casa y te dice que a partir de ahora vas a compartir absolutamente todo lo que tienes con ella, incluso a él claro y que encima es majísima y te quiere un montón…
Me dio un ataque de risa sólo de pensarlo, creo que la tiro por la ventana vamos…
Mi hija empezó a dar toques de atención que creo que hemos sabido reconducir y no ceder, como el tema que te he contado de la cama. Seguimos dedicándole todo el tiempo que podemos y hacemos planes los 4 y a veces planes sólo con ella cuando viene del cole y la veo bien, muy contenta. No le hemos notado retrocesos en ningún otro aspecto y en el cole también está bastante bien aunque también le notaron alguna llamada de atención que han reconducido también sin problemas.
Está claro que tiene que pasarlo, y aunque da penita es normal. Desde luego que debe ser duro, yo soy la pequeña así que no he vivido esa situación…He vivido otra que me da mucha risa cada vez que lo comento con otras personas que son los últimos. Yo apenas tengo fotos de bebe, mi hermano tiene cientos pero yo tengo muy muy pocas y es algo bastante generalizado en los pequeños de la casa, eso sí sin fotos pero no he vivido la sensación de “Princesa destronada”.
¿Por qué te cuento esto?
Para decirte que estoy feliz, que hoy hace 1 mes que nació mi hija y la verdad que estoy muy contenta con todo…No he tenido ni tiempo en pensar si me dolía algo, pero eso es normal cuando ya tienes a otro peque que atender. Que el primer día fue horrible pero que ahora estamos fenomenal, veo a mi hija mayor feliz y contenta, y aunque de vez en cuando tiene alguna llamada de atención, son muy fáciles de corregir y su actitud ha vuelto a ser la que era…
Decirte que si acabas de llegar a casa y estás en la misma situación que me encontré yo, respira, llora y piensa que mañana todo irá mejor, tendrás que reconducir situaciones pero todo merecerá la pena.
aquí te dejo más consejos para el príncipe destronado.
Feliz semana y gracias por seguirme día a día.